Es cómoda, igual que nuestras zapatillas favoritas que nos ponemos cada día, sin siquiera pensar si quizá existan otras que nos quedarían aún mejor. Hasta que en algún momento notamos que se empiezan a desgastar o que quizá no se pueden combinar tan bien con la nueva ropa que nos compramos. Es el momento, en el que nos preguntamos si deberíamos empezar a buscar un nuevo par, pero dar ese paso, no es tan fácil ¿y si no encontramos lo que buscamos?
Lo mismo sucede en nuestra zona de Confort. Así se define nuestro espacio vital, en el que nos sentimos bien, cómodos, pero donde de vez en cuando nos preguntamos si quizá exista algo más en este mundo para nosotros. Nuestra zona de confort nos priva de experiencias nuevas y enriquecedoras…de crecimiento. Pero, ¿por qué no damos el primer paso para salir de ella? El miedo a lo desconocido o al fracaso, la falta de confianza en nuestras habilidades nos agarran, paralizándonos….dejando escapar todo lo bueno que nos está esperando fuera de ella. El miedo al cambio, o el miedo en general, no es buen consejero y nunca debe ser la razón por la que no vivimos nuestros sueños o dejamos pasar oportunidades que la vida nos ofrece. Hay formas de encontrar el valor y la confianza en nosotros mismos para poder hacerle frente a esa frontera que nos separa de nuestra zona de crecimiento, no te rindas y adopta un rol activo en tu vida. Recuerda que buscar ayuda de un psicólogo profesional es otro signo de valentía y toma de control de las riendas de tu vida.
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